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El Nuevo Encuentro de Chubut nace para sumar esfuerzos en la construcción del proyecto nacional y popular en esta provincia del Sur argentino. Creemos que el modelo de crecimiento y desarrollo con inclusión social sostenido por el gobierno nacional desde mayo de 2003 en adelante, representa un nuevo capítulo de la historia argentina en el que el Estado recupera la función de impulsar y regular la economía y la obligación de garantizar los derechos civiles, políticos y sociales del pueblo.

Este proceso implicó profundos cambios y rupturas con respecto al modelo neoliberal impuesto en nuestro país por la última dictadura cívico-militar y consolidado mediante las políticas emanadas del consenso de Washington aplicadas durante la década del 90 por el gobierno menemista. Somos conscientes de que esos cambios fueron posibles a partir de la necesidad de las grandes mayorías de buscar para la Nación un camino distinto. Necesidad que se expresó con crudeza y nitidez en los trágicos episodios del 2001 y en la permanente protesta social de aquellos años.

Pero era necesario que un gobierno asumiera el compromiso y los desafíos que imponía la decisión de cambiar el rumbo, de poner un límite a las pretensiones de los organismos multilaterales de crédito (FMI y Banco Mundial) y el capital financiero internacional; de lograr un reparto de la riqueza más justo como mandato moral y palanca para el crecimiento económico; de reconocer los derechos de las minorías; de hacer eficiente el gasto y la inversión pública. En definitiva de colocar el gobierno y las políticas públicas al servicio de todos y todas y no de un pequeño grupo de privilegiados. Estos pasos se dieron con los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

La recuperación de la memoria y las políticas de derechos humanos que permitieron, revirtiendo medidas que el Estado había tomado en el pasado, juzgar y condenar a más de mil represores. El impulso a la integración regional desde una perspectiva popular y latinoamericana. La estatización de los fondos jubilatorios y la actualización permanente de los haberes. El concejo del salario. La urbanización de barrios humildes. La inversión en salud y educación. Los pasos dados en la democratización de los medios de comunicación. Estos son algunos de los hechos que en nuestro país marcaron un antes y un después y constituyen, desde nuestro punto de vista, una base fundamental desde donde debemos continuar y profundizar las transformaciones necesarias para lograr ampliar la democracia  distribuyendo cada vez mejor los frutos del trabajo de la población en su conjunto.

Es ingenuo o malintencionado afirmar que semejante proceso de cambios pueda tener lugar exento de conflictos. Por supuesto que quienes ostentaban privilegios se resisten a perderlos. Es evidente que las corporaciones son incompatibles con la democracia y atentan contra la voluntad y los intereses populares. Queda claro que los monopolios provocan concentraciones hegemónicas en las diferentes actividades productivas que dejan indefensa a la ciudadanía frente al interés exclusivo del incremento de la tasa de ganancia y que los límites que impone el Estado no son recibidos con aquiescencia por sus representantes. En definitiva, no podemos esperar el acuerdo de la totalidad de los actores socio-económicos en todas las políticas que se impulsan desde el gobierno. Lo que sí debemos asegurar es que los valores y las instituciones democráticas sean el espacio y el límite de la acción política para los diferentes sectores que pugnan por sus intereses, y que al mismo tiempo reconozcan la autoridad del Estado y el gobierno popular en la construcción de la patria de todos y todas.

En Chubut, Cristina Fernández de Kirchner obtuvo en las últimas elecciones presidenciales el 60% de los votos. Ese resultado demuestra claramente la alta expectativa que existe en la provincia ante la posibilidad de aplicar las políticas públicas que constituyen la identidad del modelo nacional y popular aquí, en este territorio que tiene particularidades complejas en cuanto a su geografía, recursos naturales, factores productivos, interculturalidad, y una gran necesidad, todavía pendiente, de construir con la activa participación del pueblo, un proyecto de crecimiento y desarrollo inclusivo que genere oportunidades a los/as jóvenes, que reconozca el trabajo de los productores, que integre las actividades económicas, que mejore la comunicación y el acceso de las diferentes regiones, que respete el ambiente y el hábitat, e impulse políticas socio-sanitarias integrales como condición indispensable para brindarle a la generación actual y a las futuras un lugar donde vivir y crecer con salud, que piense a la educación como factor de democratización del saber y multiplicación de las potencialidades colectivas, en definitiva, un proyecto político que nos permita alcanzar una provincia con justicia, equidad, calidad de vida y oportunidades para todos y todas.

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